Soberanía energética

por Comunicaciones
Programa:Reconversión: experiencias sostenibles convincentes
Bioma:Bosque subandino
Línea base:Cuatro unidades productivas no cuentan con energía eléctrica 
Meta:Implementar el servicio de energía alternativa en los predios que no cuentan con  este servicio y que lo requieren
Responsable:Ricardo Rubio

En los últimos años este tema ha sido de gran interés y no menos debates en la población del Ecolectivo Nevados: Corredor Socioambiental, en especial a partir de las gestiones realizadas por la empresa DEACIVIL SAS con el propósito de establecer 7 Pequeñas Centrales Hidroeléctricas- PCH a lo largo de la cuenca del río Recio.

Como lo muestran Alejandra Patarroyo y otros en un estudio realizado por la Universidad Distrital y la RAP Región Central (2020), del cual se extrae la información técnica que aquí se presenta, históricamente las PCH han funcionado en el país desde 1889 para abastecer de energía a pequeños centros poblados y grandes haciendas, que además utilizaban la energía cinética del agua para mover trapiches, beneficios cafeteros y otros requerimientos agropecuarios. Su mecanismo es relativamente sencillo pues se capta una porción del caudal para conducirlo de forma paralela y en menor pendiente que el río, hasta que la diferencia permita descargar con fuerza el agua a través de una Pelton o mecanismo similar y nuevamente retornarla al río.

Esta forma de generación fue decayendo con el auge de las grandes represas en los años 60s del Siglo XX, pero el fenómeno del Niño en 1992 y 1993 evidenció la importancia de sostener una red significativa de PCH, lo cual se facilitó porque por esos años apenas si se necesitaba la concesión de aguas y un permiso para la ocupación puntual del cauce. No obstante, Colombia apenas aprovecha en 2019 un 1% del potencial estimado en 25.000 MW. 

Ahora bien, pese a ser proyectos de mediana escala, movilizan una enorme cantidad de recursos financieros que no podían pasar inadvertidos por las entidades de comando y control, las cuales desencadenaron una serie de mecanismos jurídicos para autorizar su realización: diagnósticos, estudios de impacto y alternativas, consultas previas, licencia ambiental, estudios de factibilidad y conveniencia económica, técnica, financiera, ambiental, que en todo caso están sometidos a la aprobación y decisión de las autoridades legítimamente constituidas, obviamente en aras de cuidar el medio ambiente y velar por el bienestar de las comunidades y la sociedad. De igual forma y en algunos casos, aparecen líderes que realizan controles sobre el proceso, tienen capacidad de facilitar u obstaculizar la realización del proyecto y evidentemente hacen valer su concepto.

Aun así, en el Tolima había 18 proyectos en fase 1 o de pre factibilidad para el 2019, de los cuales 7 se proyectan en el río Recio entre los municipios de Murillo, Líbano y Lérida denominados Panche 1, 2, 3…por la empresa DEACIVIL SAS que espera generar cerca de 120 MW. En la cuenca del río Lagunilla hay un proyecto en fase 1 denominado Los Molinos por parte de la empresa Fuentes de Energía Renovables SAS, que espera generar cerca de 20 MW entre los municipios del Líbano y Villahermosa.

Reflexionando sobre la experiencia de estos proyectos, cabe destacar la considerable polémica suscitada. Por un lado, se resalta la importancia de contribuir a la sostenibilidad energética nacional. Por otro lado, se destaca la necesidad de que las empresas mejoren las vías terciarias hacia el Bosque, La Pradera, El Tesoro, Santa Teresa, Mina Pobre y la Gregorita, que han sido crónicamente abandonadas. Asimismo, se enfatiza la importancia de la inversión del 1% legalmente destinado al cuidado de nacimientos y fuentes hídricas, junto con las transferencias anuales específicas para el cuidado del agua y la reconversión ambiental de las actividades agropecuarias. Además, se valora la generación y diversificación del empleo, los incrementos en el PIB regional y la progresiva transformación de estos cañones en cuencas energéticas, todo basado en la protección de los recursos hídricos.

En contraste, quienes se opusieron argumentaron que esa energía no cambiaba los costos del kw porque ellos dependen de las distribuidoras. También infieren que se generarán graves impactos geológicos según lo expuesto en el Concejo Municipal por un ingeniero forestal con 2 años de graduado. Además, que las vías las arreglará el municipio por imperativo legal, que al secar el río o bajar su caudal morirá la fauna acuática, que los corredores biológicos serán interrumpidos por el canal de conducción más no por el río. Por último, que se estaban gestionando recursos para formas de producción más sostenibles o, que los molinos y paneles son la real alternativa ecológica o de bajo impacto para la generación de energía.

Pueden ser muchos más los argumentos a favor y en contra, que seguramente los campesinos de estas regiones recordarán mejor así aparezcan los “yo no dije”. Nada más conveniente luego de 4 años de crudo invierno, enormes dificultades de movilidad o transporte de productos y el crónico olvido oficial a estas poblaciones, que quienes argumentamos a favor o en contra de este proyecto “demos la cara” a las comunidades para hacer un balance de las decisiones promovidas y adoptadas, sin vociferaciones o insultos a fin de generar saldos de aprendizaje social, cualificar la participación y delinear nuevos horizontes de acción colectiva. En contraste y probablemente luego de la experiencia del Recio, las comunidades del Agrado, Mina Pobre y La Gregorita han llevado los procesos de conciliación comunitaria de forma reflexiva, sin saberse aún qué decisiones tomen las entidades de comando y control.   

Independientemente de lo que ocurra con los recientes estudios sobre las fuentes no convencionales de energía renovables, resulta evidente que las PCH producen energía renovable de forma relativamente constante, en mayor grado durante la época de lluvias y en menor intensidad durante los periodos secos cuando se debe respetar el caudal ecológico del río. Su vida útil es comparativamente más alta que el de otras formas de generación, sean grandes represas, plantas eólicas o los sistemas de paneles que por generar energía durante el día deben de contar con acumuladores para brindar el servicio en la noche, sean grandes centrales hidroeléctricas o baterías. Las PCH no utilizan materiales que demandan grandes consumos de energía o recursos escasos en la naturaleza y su mantenimiento o reposición de equipos es relativamente sencillo. 

Las PCH necesariamente están asociadas a la protección de nacimientos, humedales, turberas, rondas y a la reconversión ambiental de los procesos productivos, puesto que dependen de la oferta hídrica y, en general pueden ser la forma más ecológica para la generación de energía, más aún cuando las investigaciones en el tema van desinflando el boom de las energías verdes, evidenciando los grandes impactos para su producción y alertando de los aún mayores impactos que traerá la basura que generarán, llevando a suponer que tiene mucho que ver con nuevas formas de acumulación sobre la base de una mayor depredación y contaminación.