Construyendo ecociudades y ecoterritorios

por Comunicaciones
Programa:Buen vivir: Calidad de vida urbana y rural
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Es casi que una norma consuetudinaria la reforma del parque central del municipio cada vez que hay cambio de alcalde y de a poco y si alcanza, ir mejorando las calles aledañas y si aún queda algo de recursos aplicarlos a las vías terciarias. Lo cierto es que el lugar y lo que somos se lo debemos a los bisabuelos, abuelos y padres que hicieron fincas, sembraron campos y garantizaron futuro a lomo de mula con pocas herramientas y sin celular; una deuda histórica con esos terruños y gentes hoy marginados por la violencia, la desidia institucional y la indiferencia social. 

Nos anima la convicción de que el esfuerzo social debe dirigirse de la periferia hacia el centro, infraestructura, salud, educación, programas productivos con criterio ambiental en las veredas más lejanas y de a poco ir aplicando el esfuerzo social en las más cercanas. De igual forma, en los centros poblados el esfuerzo social debe aplicarse desde las quebradas o ríos aledaños hacia el centro, transformado las zonas periféricas en circuitos peatonales, ciclo rutas, miradores, restaurantes que reubiquen las personas en riesgo y den oportunidades socioeconómicas a las poblaciones de las periferias asentadas allí sin riesgos, con mayor seguridad, mejores servicios y nuevas oportunidades.

Se refiere este parque a un área de 7 ha aproximadamente situada frente al colegio Isidro Parra del Líbano, que por acuerdo municipal deberá destinarse a propósitos social ambientales; poco después del acuerdo referido, fue entregada para su cuidado a una cooperativa cultural que poco evolucionó y que finalmente facilitó la invasión por parte de terreros; tal situación conmocionó a la ciudadanía, que finalmente logró que las autoridades que debieron defenderlo, restituyeran ese bien público a la ciudadanía y el municipio, sin que hasta el momento se hayan emprendido acciones en la administración para su construcción y puesta en uso según los usos recomendados o/y otros similares.

Un grupo de personas del Ecolectivo se dio a la tarea de contactar arquitectos con experticia en hábitat, paisaje y diseño, además de botánicos, ingenieros ambientales, patrimonialistas, médicos y personas de humanidades pensando en el bienestar que pueden brindar estas áreas si se incorporan diseños que expresen belleza, paisaje y usabilidad humana, a partir del diseño compartido de bahías, mobiliarios, senderos, miradores, zonas sociales, biblioteca, museo y jardín botánico. Se revisaron varias experiencias internacionales, se avanzaron algunos diseños muy preliminares e incluso se recorrieron los predios con algunos expertos nacionales e internacionales, buscando ideas fundamentadas para emprender diseños más precisos que fuesen presentables ante entidades y organismos internacionales para su gestión y realización.

Varias lecciones se han podido asimilar hasta ahora:

Este parque puede ser el punto de inspiración y de partida para la intervención y diseño de todo el borde urbano del Líbano, descendiendo por la quebrada Santa Rosa hacia el actual Jardín Botánico, pasando por la granja del Comité de Cafeteros para ascender por la quebrada San Juan hasta la granja La Alsacia. Ello implicaría además la reubicación de población en alto riesgo, planes de vivienda, desarrollo del plan maestro de acueducto y alcantarillado, buscando la incorporación de estas áreas a la dinámica cultural y económica mediante un anillo ambiental con vías, ciclo rutas, miradores, restaurantes, zonas de servicios y demás posibilidades.

El Parque podría ampliarse por un circuito ambiental que suba y transite por la reserva Alegrías y descienda hasta la granja la Alsacia que bien podría habilitarse como parte del Parque con énfasis procesos de formación y producción con bajo impacto ambiental. Así las cosas, se estaría hablando de un Parque, museo y jardín botánico de cerca de 65 has y una gran riqueza natural y paisajística que invite a la práctica de caminatas, avistamiento de aves, contemplación de la naturaleza otras actividades de bienestar con bajo impacto ambiental y alto contenido pedagógico.  

La perspectiva y las iniciativas anteriores, le darán parámetros de diseño y uso a lo que deberá ser la variante de la carretera Bogotá-Manizales que por ahora la pensamos por el costado Sur del casco urbano desde el barrio la Polca hasta la bodega del gas, lo cual permitiría anticipar un abasto que evite el ingreso de alimentos al centro del Líbano cuando apenas se acopia para vender en Bogotá u otras ciudades; una terminal de transporte que ahora opera de hecho en el parque central; una zona de insumos agropecuarios muchos de ellos tóxicos que ahora se expenden al lado de restaurantes, cafeterías y cantinas, e incluso otros desarrollos urbanísticos que no perturben la circulación de la variante y menos que la vayan a transformar en una calle real, pues entonces para qué variante.

Se nos ha ocurrido que el Parque Temático Ambiental puede articularse con valiosas unidades patrimoniales de Ambalema. Armero Guayabal, Lérida, Villahermosa, Murillo y Santa Isabel, en incluso de Ibagué, Honda y Mariquita a través, por ejemplo, de una bienal móvil o longitudinal con un contenido tan valioso y contemporáneo como la ecoestética, a la cual podrían concurrir las escuelas de bellas artes y arquitectura, artistas extranjeros a través de las embajadas y las muestras de nuestras propias escuelas de referencia en bellas artes.

Finalmente, cabe señalar que por la complejidad del proyecto se requieren recursos significativos, la concurrencia de múltiples instituciones y un compromiso muy activo de la ciudadanía, para evitar además que algunas personas concluyan que es mucho más lucrativa una invasión que un rastrojo abandonado.

Cuando caminamos las calles de municipios ubicados en el cCorredor, podemos apreciar el caótico y excesivo número de cables que cuelgan de los postes a las más diversas alturas, e incluso algunos de estos cables obligan a los transportadores a pagar una persona que con vara en mano levante los cables o sencillamente reventarlos suspendiendo el suministro de luz, comunicaciones, alumbrado público, etc., en un Siglo XXI donde estos cableados van subterranizados; cuando tratamos de hablar en las calles o centros sociales, se evidencia la imposibilidad de escuchar o ser escuchado por el ruido estridente y molesto de los equipos de sonido, los vehículos sin silenciador, los vendedores con megáfono, las bandas de guerra, la sirena de bomberos, los pitos compulsivos, etc., cuando en el mundo estas conductas antisociales son consideradas delito por el evidente incremento de enfermedad y muerte que ocasionan; los andenes son intransitables para todos y más para las personas discapacitadas por el sin número de irregularidades que tienen y la ocupación indebida por parte de vendedores. Las luminarias no siempre funcionan y son carentes de un diseño general y presentable; el mobiliario en general es escaso y expresa muy poco desde el punto de vista estético y funcional; los parques y áreas recreativas, si bien han mejorado y congregan la actividad cultural y deportiva de muchas personas, aún carecen de mantenimiento oportuno y de una seguridad adecuada; el espacio público de zonas verdes bien podría fluctuar entre 15 y 170 hectáreas según sea el municipio; el tránsito es relativamente caótico y riesgoso por la escasa cultura vial, los excesos de velocidad, la circulación persistente por la izquierda con sobrepaso por la derecha, semáforos inútiles y estorbosos, parqueo de carros públicos, privados y de las alcaldías en las calles pues los garajes se destinan a negocios pues para los carros las vías, los carretilleros en contravía y lo más grave el complejo de andar a pie o en bicicleta. 

Así las cosas, el enunciado de algunos de los problemas insinúan la solución, el 60% depende de la cultura de los ciudadanos y en algo también de lo que quieran y puedan invertir las administraciones municipales.

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